Feliz Día de Darwin

Muy estimado Sr.:

Tal día como hoy, 12 de febrero, pero hace 203 años nacía usted, Sr. Darwin. ¡Hay que ver el lío que ha formado! Con razón se pensó durante 20 años la publicación de esa "peligrosa" idea suya: la evolución, o transmutación de las especies, como usted la llamaba. Las mentes de su época no estaban preparadas para dar un salto semejante (y, por desgracia, muchas de las actuales, tampoco), una concepción de la naturaleza que nos apartaba a los humanos del "trono de la creación", y nos privaba de los honores autoimpuestos de "especie superior".
¿Qué hubiera pasado si, por azar del destino, no hubiera sido escogido para subir a bordo del Beagle? ¿Y si al capitán FitzRoy, deseoso de compartir mesa y mantel con un caballero, durante un periplo de cinco años, usted no le hubiera caído simpático? Porque hay que admitir, Sr. Darwin, que el capitán era un personaje peculiar...
No quiero imaginar la cara que debía ponerle el contramaestre del barco, cuando llegaba cargado de huesos tras un día de excavación, y le rayaba con su mercancía la lustrosa cubierta de la que se sentía tan orgulloso. Estuvo usted muy cerca, varias veces, de salir lanzado por la borda.
¿Sabe? En la ciudad de Bilbao, aquí en España, van a celebrar el Día de Darwin (sí, sí, no se sonroje tanto) el 14 de febrero. Yo creo que se puede perdonar que la celebración no coincida con su cumpleaños pues, al hacerse el día de San Valentín, podría aprovecharse la ocasión para "enamorarse de la evolución", ¿qué le parece?
Si Copérnico contribuyó a sacarnos de ese vanidoso centro del universo en el que nos suponíamos, usted aceptó el reto de bajarnos del pedestal de la naturaleza.

Con toda mi admiración, reciba mis más sinceras felicitaciones,

J.A.B.

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