La señora de los anillos
La luz vive viajando de prisión en prisión. El propio universo en su origen tardó 300.000 años hasta dejarla libre de su interacción con la materia. Las estrellas pueden tardar otros cientos de miles de años desde que la generan hasta que la irradian.
Finalmente, la luz liberada de estas cárceles, se desplaza por el espacio a la mayor celeridad posible hasta llegar a un planeta único, habitado por seres extraños. Estos auténticos secuestradores de fotones se surten de su botín lumínico para su propósito. Despedazan el más preciado recurso del planeta, el agua, para su autosostenimiento, pero no contentos con ello exhalan además una sustancia gaseosa, tóxica y muy reactiva.
El planeta entero sucumbe y se oxida, víctima de este veneno. Es una absoluta hecatombe… La verdadera causante del desastre, la dama del manto verde, la señora de los anillos, se oculta tras su innumerable ejército.
Finalmente, la luz liberada de estas cárceles, se desplaza por el espacio a la mayor celeridad posible hasta llegar a un planeta único, habitado por seres extraños. Estos auténticos secuestradores de fotones se surten de su botín lumínico para su propósito. Despedazan el más preciado recurso del planeta, el agua, para su autosostenimiento, pero no contentos con ello exhalan además una sustancia gaseosa, tóxica y muy reactiva.
El planeta entero sucumbe y se oxida, víctima de este veneno. Es una absoluta hecatombe… La verdadera causante del desastre, la dama del manto verde, la señora de los anillos, se oculta tras su innumerable ejército.
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