Coligativas con buen provecho

El procedimiento de hoy en el laboratorio me hace especial ilusión. Debo poner todos mis sentidos para que el resultado sea óptimo.

Pesar 200 gramos de cloruro sódico para disolverlos en 1 litro de agua fue el primer paso. Llevada a ebullición en un vaso de precipitados, esta disolución originaría una presión osmótica de 200 atmósferas. Era necesario comprobar que la membrana de las muestras estuviera intacta, sin fisuras.

Dirigí la llama de un mechero Bunsen para calentar la disolución e introduje las muestras. La temperatura de ebullición llegó a superar los 103ºC, que mantuve durante 15 minutos.

Trasvasé la disolución a un matraz erlenmeyer y coloqué de nuevo las muestras sobre el mechero para evaporar y recristalizar el cloruro sódico restante. Como estaba previsto, la pérdida de agua de las muestras había provocado pliegues en su membrana, como consecuencia de la elevada presión osmótica.

Conclusión: las propiedades coligativas permiten preparar unas deliciosas papas arrugadas.



Nota:

Las propiedades coligativas son aquellas que dependen solamente de la cantidad de sustancia disuelta en un líquido y no de su naturaleza. Entre ellas, la modificación de los puntos de fusión y ebullición, y el flujo a través de una membrana entre dos disoluciones con diferente concentración.

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Esta entrada participa en el blog de narrativa científica Café Hypatia con el tema #PVagua

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